31 mar 2007

EVIL - Parte 1: De cómo el sol y la luna se conocieron

La familia Drake gobernaba con maestría su reino y eran felices en él. Así también, eran felices sus súbditos, ya que reconocían ellos la gran bondad con que reinaban y la justicia con las que gobernaban.

En conjunto con sus labores como reyes, su hijo Orlando, el único que concibieron, era educado para convertirse en el digno sucesor de esta pareja. Muy bien sabían que en su hijo ardía la llama de los valientes ryujin y que su destino estaba encaminado para llevarlo a convertir en uno de los grandes.

Definitivamente, Orlando llevaba en su sangre el espíritu aventurero y, aún siendo un niño, era intrépido y despreocupado, siempre en búsqueda de algún nuevo misterio que descubrir en el desierto y sin ninguna explicación para ofrecer a sus preocupados padres. Las doradas arenas del desierto lo llamaban y se rendía ante sus atractivos, aún con el riego de molestar demasiado a sus padres…

Casi siempre, después de un afanoso día de clases en el que su tutor le mostraba los dibujos de algunos animales del desierto, el joven Drake decidía explorar los alrededores para encontrar por sí mismo la fauna que le era mostrada en los libros.

En una de esas expediciones, en búsqueda de un curioso insecto, el niño caminaba alegre y atento de su alrededor, cuando un llanto de bebé lo obligó a interrumpir su tarea.

Consternado por el sonido, el muchacho se encaminó en dirección al llanto, con el cuidado de no perder el paso y tampoco perder la fuente del sonido. Sus ojos cautos buscaban por los alrededores para encontrar la razón de tal llanto.

Lo que se encontró fue una humana que sostenía un pequeño bulto entre sus brazos; la mujer estaba recostada debajo de una agrupación rocosa, que le servía de sombra y de apoyo a la vez. Parecía sufrir de un gran dolor y, si el pequeño niño hubiera sido un poco mayor, hubiera notado que no le quedaba demasiado tiempo de vida. La mujer respiro profundo y hablo con voz entrecortada al joven niño:

- Señor, le imploro que salve la vida de este bebé. Su madre murió al darle la vida y su padre al tratar de protegerla de una horda de malters , mientras yo huía con ella en brazos. Yo no soy más que un humano, pero ella pertenece a la raza de la gente dragón… Sé que no debería pedirle esto a un niño como usted, pero bien sé que no seré capaz de cuidarle más… Le suplico que la tome con usted y haga lo posible por encontrar una familia para ella... - La mujer extendió los brazos y entregó al bebé al ryujin.
- Está bien, señora. No quiero que usted llore por ella ni que ella llore porque tiene hambre. La llevaré a mi hogar. - Y tomó al bebé entre sus brazos, con el conocimiento de que la responsabilidad que ahora tenía era sumamente grande.
- Una última cosa, mi joven señor. Su nombre es Gravriil; su madre tuvo la oportunidad de elegir un nombre antes de su muerte. También tuvo la oportunidad de colocarle este medallón, pero se ha partido por la mitad; aunque es increíble, ya que está hecho de un material sumamente resistente. Por favor, tome esto con usted y procure que lo lleve al cuello… Aunque, creo que sería justo que una de las mitades fuera para usted, como recompensa a su noble acto…
Orlando tomó ambas mitades del medallón y ensambló momentáneamente sus partes para observarlo. Era un medallón hecho de oro blanco, de unos cinco centímetro de diámetro; sobre él, se hallaba grabado un dragón, el cual estaba enroscado en forma de espiral y, en el extremo de su cola, sostenía una rosa.

El jovencito se alejó del lugar con el bebé en brazos y se dirigió a su hogar. Al llegar, corrió a la habitación de su madre y le entregó a Gavriil, con los brazos extendidos.

- Madre, una señora me ha encargado a esta niñita. Es más pequeña que yo. Me dijo que no tenía papá ni mamá, pero que era ryujin, como nosotros. ¿La podemos cuidar?
- Hijo, este es un bebé… Y es huérfana… No podemos dejar en el desamparo a un ser indefenso como este; y menos cuando es de nuestra raza. Vamos, Orlando querido, no te preocupes, cuidaremos de ella. ¿Y la señora? ¿Dónde ha quedado?
- Se sentía muy mal. Creo que una lanza atravesaba su pecho; parecía sufrir de un gran dolor. Me dijo que el bebé se llama Gavriil y me dio esto... - Y con una gran sonrisa, orgulloso de lo que había hecho, le mostró las dos mitades del medallón; la sonrisa se borró de inmediato de su rostro - Pero está roto… Me pidió que el bebé lo llevara siempre en su cuello y también me dijo que yo podría quedarme con una de las mitades… ¡¿Puede hacerlo, madre?!
- Tal vez sea posible que tú uses una de esas partes… Lo discutiremos más adelante. Has hecho bien en traer a esta pequeña niña, mas ahora es necesario que encontremos a su guardiana y hagamos lo posible por salvarle…

Un grupo de guardias fue enviado a encontrar a la pobre mujer; si eran capaces de encontrarla viva, tenían la responsabilidad de curar sus heridas y, de no tener la oportunidad, al menos tendrían que proporcionarle un funeral digno, ya que había dado su vida por salvar a la pequeña niña.

A pesar de los esfuerzos realizados, nunca se encontró a la mujer; siendo el desierto tan grande, tan cambiante y las señales del pequeño príncipe tan confusas, encontrarla era una misión demasiado complicada de llevar a cabo.

La familia Drake decidió que la mejor familia que podían ofrecer a la pequeña era la propia. Sin embargo, al desarrollarse Gavriil, era obvio para todos que no había sido engendrada por el vientre de Sansei, ya que su cabello plateado y sus ojos púrpura contrastaban con los de ellos. Así que, cuando la joven tuvo suficiente uso de la razón, fue necesario explicarle por qué ellos y su hermano mayor tenían cabellos negros como la pluma de un cuervo y sus ojos eran marrón como las alas de los insectos, y en su caso, era todo lo contrario. Sin embargo y a pesar de ellos, también le explicaron, ellos la amaban profundamente y así sería siempre y a pesar de todo…

Cientos de veces, las arenas del desierto fueron barridas por los vientos estivales. Y en el transcurso de esos años, ambos príncipes se convirtieron en jóvenes, para dejar atrás la niñez. Nunca podrá saberse si la verdad de ser adopta afectó el crecimiento de Gavriil, pero, a lo largo de los años, su personalidad se tornó altanera y caprichosa. No contaba con un solo amigo sincero, debido a que siempre de sus labios emergían calumnias terribles, destinadas a humillar y, hasta aquellos encargados del servicio de la señorita, temían con pavor a sus desplantes. Los únicos que podían hablar, hasta cierto punto, racionalmente con ella, eran sus padres, en especial su madre. Hasta el mismo Orlando, que estaba dedicado proteger y velar por ella desde el día en que la conoció, era atacado; podría decirse que él en especial, provocaba los arranques más furiosos de la joven ryujin.

25 mar 2007

EVIL - Introducción

En los tiempos en los que el reino de Kilga todavía no era fundado y que la familia Drache tomara el poder de las tierras sobre el cual fue establecido, habitaban en el mundo seres fantásticos que son considerados los ascendentes directos de la familia real de este reino.

A lo largo de los años, la raza perdió su poder, decayó y la sangre se corrompió. Esta raza, los ryujin, no son más que leyendas, historias e ilustraciones en viejos libros apilados en viejas bibliotecas.

Los ryujin eran dragos de baja categoría, nada más que sirvientes directos de los dioses. Las deidades se encargaban de engendrarlos y criarlos como meros medios de transporte para ellos mismos.

Por largas eternidades permanecieron los ryujin en esa condición de sirvientes. Sin embargo, a lo largo de las eras y de manera gradual, los dragones aprendieron el idioma de los dioses, demostrando la sublime inteligencia con la que habían sido dotados por sus creadores. Las divinidades, sabedoras de este don y en espera de que fuera descubierto, decidieron que era el momento de otorgarles su libertad y que fueran ellos y sólo ellos los constructores de su propio destino.

Así fue como los ryujin fueron liberados en uno de los muchos mundos creados por los dioses. Las tierras en las que se encontraron eran desérticas, enormes y vastas, sin grandes fuentes permanentes de agua,

El espacio era vecino de un reino en el que ya existía una población establecida, un reino llamada Nihon Ni. Esta población, conformada por seres humanos, nombraban Daminea al desierto vecino a su país y, de la misma manera, le proporcionaron un nombre a la raza de seres que aparecieron en esas tierras: ryujin, que en su idioma quería decir “gente dragón”.

De esta manera, los dragones recién liberados obtuvieron una denominación y un espacio para desarrollar su existencia. Sin embargo, contaban con los demás regalos que los dioses les habían entregado, entre ellos, su poder más grande, la mejor de sus características: Eran capaces de de adquirir la forma de objetos y seres a voluntad y de permanecer con esta apariencia tanto tiempo como lo desearan.

Los ryujin, al conocer a los seres humanos, comprendieron que la mejor manera de sobrevivir en el ambiente hostil del desierto, era asumiendo la forma de aquellas criaturas que se adaptaban de buena manera. Así que renunciaron a su forma de dragones y se entregaron a la forma de ser humanos, aunque se tomaron algunas libertades y se convirtieron en personas más altas y robustas, algunos con cabelleras y ojos de color extravagante, con una vida mucho más larga que la de un ser humano común y corriente.

Al paso de los años, las tierras desérticas se presentaron insuficientes para el desarrollo de su cultura y fue necesario que se emprendiera la búsqueda por lugares más propicios y benéficos.

Con esta consigna, la población fue dividida en tribus, cuya misión era encontrar un lugar para establecer ciudades y mantener con vida el linaje de los ryujin. Los más ancianos, los sabios del pueblo, permanecieron en la primera ciudad fundada y el resto, los más valientes y capaces, fueron los elegidos para guiar dichas tribus.

Uno de los grupos más numerosos era comandado por Veilen Drake y su esposa Sansei, quien cargaba entre sus brazos a su hijo varón, llamado Orlando. El clan de los Drake vagó por años completos, sin que ningún lugar cumpliera con sus expectativas. Así fue hasta que encontraron un oasis en medio del desierto, gigantesco, bondadoso y generoso; allí establecieron su comunidad y una pequeña ciudad fue construida. El sitio fue conocido con el nombre de Gouden y los Drake se convirtieron en sus gobernantes.

Así da inicio la historia de los Drache…